El carbón, el petróleo o el gas natural son ejemplos de combustibles. Se llaman combustibles fósiles porque se han formado a lo largo de millones de años.
- Carbón: se formó a partir de restos vegetales fosilizados. Está constituido por carbono, hidrógeno, nitrógeno y azufre. Cuando se quema produce óxidos de nitrógeno y azufre, que son muy contaminantes. Su uso se generalizó con la invención de la máquina de vapor (Watt, siglo XVIII), aunque su consumo disminuyó a partir de 1920 con la aparición del petróleo.
- Petróleo: es un líquido viscoso y negruzco. Es el resultado del almacenamiento y acumulación de animales y vegetales de hace unos 500 millones de años en fondos marinos. Se encuentra en los poros de la roca madre, aunque nos solemos referir a estos depósitos como "bolsas", a profundidades variables. El petróleo bruto no es utilizable; antes de llegar al consumidor se somete a tratamiento en las refinerías. Sus productos derivados se utilizan como combustibles para motores o sistemas de calefacción. Se estima que las reservas conocidas de petróleo mundiales se agotarán dentro de 100 o 200 años.
- Gas natural: se encuentra en yacimientos acompañando generalmente al petróleo. Es una mezcla de gases donde predomina el metano. Se transporta en estado líquido por gasoductos y es menos contaminante que el carbón y el petróleo.